Solitario
Viví en una gran ciudad saturada de gente
y cuando pasaba al lado ni se enteraban,
saludaba y ni un leve gesto apreciaba,
chillaba y nunca encontraba respuesta,
jugaba y me cansaba de ganarme.
Un día, agotado de vagar solo por el mundo, ignorado y rodeado de gente,
tomé una fatal determinación: morir en la calle.
Sólo fue en ese momento cuando percibí que la gente caminaba, jugaba, paseaba, reía , chillaba...
pero ya no estaba.
5 comentarios:
Como Amaral...
La libertad de poner fin condiciona a más personas. Ciegas o no, también limitas su libertad al estar presente o ausente. Saludos.
Y es que así se a puesto la cosa, cada uno en lo suyo, y lo demás está de más..
Tengo la costumbre de cuando veo una pelí, o leo un buen libro, me apuntó las frases que me hayan gustado.
Una vez escuché esto en una peli:
"Puedes estar rodeado de gente en una habitación y sin embargo estar solo"
Me he acordado de ella al leer tu texto...
A veces en las ciudades parece que nadie conoce a nadie, que nos miramos sin vernos, que las personas no somos más que obstáculos en el camino de otros... qué triste.
Publicar un comentario