2007/04/23

Amor

En esa tierra de amores,
de luces,
de silencio,
árabe por sus rincones y
salada por su gente,
una mirada se cruza con el placer de las manos.
Vuelan los sonidos sobre un lecho de musgo;
olor a tomillo y yerbabuena,
suaves caricias de seda.
Bajo un cielo salpicado con manchas de estrella,
dos cuerpos se pierden en el laberinto humano.

6 comentarios:

Esther dijo...

erótico poema, bonitas rimas...

Anónimo dijo...

Carla dice lo que Carmen no se atrevería a decir.........es fortuna vivir en un lugar así, aún más lo es, notar y gozar con esas sensaciones...

Ganímida dijo...

Lindo poema, de la simetría del sexo =)

Anónimo dijo...

AMOR

Mi manera de amarte es sencilla:
te aprieto a mí
como si hubiera un poco de justicia en mi corazón
y yo te la pudiese dar con el cuerpo.

Cuando revuelvo tus cabellos
algo hermoso se forma entre mis manos.

Y casi no sé más. Yo sólo aspiro
a estar contigo en paz y a estar en paz
con un deber desconocido
que a veces pesa también en mi corazón.

(Antonio Gamoneda)

Espero que no te moleste que traiga estos versos de Gamoneda hasta tu espacio.
Hermoso poema el tuyo.

Anónimo dijo...

Escribes de este sur, olvidando el azahar de la piel y el color olivo que acarician esas manos =)
Saludos.

Lydia dijo...

Suena fantástico. Dan ganas de ir en busca de ese rincón ;)

Besos.

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