2007/01/23

locura cuerda

Dias lluviosos, dias de perros y de gatos y de patos y de todos esos animales que buscan sin descanso un rincón, una esquina donde echar su piel, donde dejar sus huesos.

Uno de esos dias apareció, solo, sin nadie, sin nada, incluso me atrevería a decir que sin el mismo.
Viajaba sin rumbo fijo, aunque por la firmeza a la hora de caminar adelante, siempre adelante, la frase podria no parecer del todo correcta.

Pensé, y pensé que tal vez tuviera rumbo y le pregunté para salir de dudas.

Ante mi interrogación, su cara se giró.
Gesto de incredulidad en la mirada.
El ojo clavado en mi, uno sólo, el otro habitaba tras el parche.
Las manos en la cara. Una a continuación de la otra en forma de tubo y pegadas al ojo, haciendo las veces de catalejo, catalejo sin cristal pero con cristalino.

En medio de mi pensamiento descriptivo oí dos únicas palabras: " el rumbo"

- ¿El rumbo?. ¿Rumbo a dónde?

Era marinero, eso dijo. Andaba buscando el rumbo, su rumbo, el de la tripulación y el del loro.

- ¿El loro?. ¿Qué loro?

- El loro que está en mi hombro, "rumbo", así se llama. Se lo puse para ayudar a encontrarlo más fácilmente.

- ¿A qué tripulación te refieres?

- A mi tripulación "los rumberos". La mejor tripulación para buscar el "rumbo", porque la rumba ayuda y mucho.

Pensé de nuevo y pensé "está completamente loco", pero... le creí.
Cómo no iba a creer a alguien que habla con tanta seguridad en sus palabras y en su mirada..... pero "completamente loco".

- ¿Necesitas ayuda?. Yo te ayudaré en lo que pueda.

- ¿Sabes tocar rumba?

- Ni la más remota idea, pero me enseñaron donde está el norte y el sur y el este y oeste. Si me dices cual es tu rumbo yo te podría, al menos, guiar.

- Si lo supiera, ¿lo estaría buscando?. No me gusta perder tiempo.
Es tan largo el camino a recorrer que perder un ratito me alejaría cada vez más.
Iré hacia adelante, donde marca mi catalejo.
Allá. Lejos, lejos, hacia aquel circulito que se remarca.

Definitivamente loco, pero loco con rumbo.

- Y el barco ¿dónde lo tienes?

- Lo busco, por eso nado y nado en busca de mi rumbo y el de los rumberos y el del loro, siempre hacia el limite del círculo, al final del todo.

Me aparté de él, le dejé seguir su rumbo, su ritmo. Corrí mucho.
Entré a casa sin mirar a nada, a nadie, ni a mi.
Un mapa del mundo abierto por si era de ayuda.
Música, mucha música de rumba y samba y de tango y salsa.... ,toda ella conmigo, dentro de mi.

Ahora sí.
Salí nadando, como nunca, en busca del rumbo, con el loro y los rumberos y la locura, nuestra locura.

1 comentario:

Lydia dijo...

Pues es precioso.
Y suena bien ;)

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